Existen muchos otros usos de las algas además de su consumo como alimento o complemento
nutricional.
Uno de ellos es el uso de las algas para la agricultura usándolas como
fertilizante del suelo. Estudios realizados por una importante universidad del país de Chile
revelaron que el uso de algas resulta por demás favorable para el enriquecimiento del suelo y la
obtención de mejores resultados en la actividad agraria.
Las enzimas propias de las algas son capaces de activar reacciones de hidrólisis
reversible con características enzimáticas catalíticas, efecto que usualmente no es posible
conseguir con otro tipo de fertilizantes o abonos.
Otra de las múltiples ventajas a la hora de utilizar algas como fertilizantes es
que por sus características la liberación de nitrógeno se hace de manera mucho más paulatina que
con los fertilizantes de origen animal o químico. Y que a pesar de ser de origen vegetal no se
corre el riesgo de incorporar semillas no deseadas que luego hagan el papel de maleza dentro del
cultivo.
La gran cantidad de fibra, aminoácidos, macro y micro nutrientes hacen de las
algas un fertilizante capaz de retener la humedad del suelo además de acondicionarlo.
Dentro de la alimentación, uno de los productos elaborados con algas que más
llaman la atención y ha ido haciéndose más popular, en especial para las personas que se encuentran
siguiendo un régimen alimenticio para adelgazar o para las personas sujetas a un régimen
vegetariano es el Agar-agar.
El Agar-agar, es en realidad una mezcla de diferentes algas, tanto microalgas
como macroalgas, de las que se obtiene una sustancia de características similares a la gelatina,
pero que puede ser calentada sin perder consistencia.
Las algas además se han visto como una manera de controlar la
contaminación, mientras que se aprovecha para su cultivo artificial. Existen plantas
industriales que encapsulan la producción de gas CO2 que escapa de sus plantas a sistemas cerrados
donde se cultivan algas, las algas mediante la fotosíntesis se encargan de eliminar el CO2
convirtiéndolo en oxígeno y disminuyendo la contaminación.
Lo mismo ocurre con el tratamiento de aguas residuales, ya que en muchos casos
se utilizan algas para poder purificar estanques con aguas residuales. Las algas se benefician
alimentándose de dichas aguas a la vez que las purifican.
Además el cultivo de algas puede tener como fin la obtención de biocombustible,
un tipo de combustible que por sus características resulta mucho menos agresivo para el ambiente y
que puede llegar a reemplazar los combustibles tradicionales o fósiles como por ejemplo el
diesel.
Algunos
tipos de algas,
como es el caso de la Chlorella, son sometidas a diferentes tipos de estudios para poder
utilizarlas para reducir la contaminación o con fines médicos.
La Chlorella por ejemplo, tras ser sometida a un proceso transgénico puede ser
utilizada para descomponer compuestos tóxicos a base de mercurio a su forma más simple y por
tanto menos tóxica, disminuyendo así la contaminación producida por el hombre.
Algunas otras algas similares a esta son cultivadas para obtener alimento
para animales, para la obtención de determinadas sustancias dentro de la industria
farmacéutica, para la obtención de colorantes e incluso la elaboración de
cosméticos. |